ENHORABUENA
¿Os acordáis de Bea y Aitor, aquella pareja que os presenté hace unos meses en su fotos preboda en Santander? Me refiero a aquella pareja de enamorados con los que tuve la suerte de comprobar lo mucho que se puede disfrutar en una preboda.
Bea y Aitor son increíbles y antes de decir nada más, quiero agradecerles por su inmenso cariño, por el trato tan especial que me dieron y por todas las atenciones que tuvieron conmigo ese fin de semana, desde el viernes hasta el mismo domingo. Fue una boda espectacular y la disfruté tanto como ellos. Disfruté de su compañía otra vez y me sentí como un amigo más. Eso si, acabe molido de tantas emociones, risas y fiesta!!! Una boda tan grande como ellos y que salió perfecta en todos los sentidos.
Me fui hasta Xinzo de Limia, en Ourense para compartir con ellos el fin de semana más intenso de su vida, cito con palabras textuales de ambos y lo confirmo. Su boda empezaba por pulir los últimos detalles del salón donde iban a hacer el banquete. Una vez terminados, la fiesta empezaba de verdad en la casa de la familia de Bea. Qué mejor forma para ellos que organizando unas partidas de poker con los familiares y amigos que ya habían llegado con ganas compartir la noche del viernes con la feliz pareja.
Al dia siguiente empezamos prontito, ya que ambos organizaban un convite previo a los invitados de cada familia. Los gaiteros, invitados, damas de honor… todos esperábamos pacientemente entre la música y calor, tanto la salida de la novia como la del novio en sus respectivas casas. Yo por razones técnicas tuve que elegir el quedarme con Bea y disfrutar al completo de todo el ambiente que allí se sucedía.
El tan de moda “First look” fue increíble cuando en un abrir y cera de ojos, Aitor llegaba a casa de Bea para entregarle el ramo. Fue un instante cargado de intimidad, lleno de emoción y magia por parte de ambos. Por fin se acercaba el momento más esperado.
La Iglesia Vieja Santa Marina de Xinzo de Limia fue la elegida para dar lugar a una especial y emotiva ceremonia en la que hubo algunas lágrimas, mucha felicidad y demasiados sentimientos. A la salida, les esperaban los compañeros de Aitor, uniformados al detalle con sus trajes de gala y sus sables, levantados y cruzados en honor a los recién casados.
No quiero extenderme demasiado y restar protagonismo a los novios, así que os voy a dejar que disfrutéis de la historia a través de las imágenes. Espero que os guste el resumen que os he preparado.